viernes, 25 de junio de 2010

hello migo.

Les mentí a todos.
Les mostré lo que quise ser y no era. Fui pero no. ¿Es que acaso, quise ser ese ser?
En el fondo lo sabía, y sin embargo... Sospechaba que la estaba errando mal, iba caminando chueca, siguiendo un rumbo que iba a tener que deshacer tarde o temprano.
No sé si la peor parte fue el haberme mentido a mí misma. Tal vez fue necesario para llegar a este hoy un poco más certero y acorde a mi ser, a lo que creo, a lo que disfruto.

Cuesta.
Pero creo que se puede. Y que no sé tanto si se trata de deshacer lo ya hecho, lo ya dicho, lo ya pensado.
Contradecirme. Desdecirme.

No. Ése no es el punto.

Te digo más, el punto es éste.

Este en que me doy cuenta que les mentía, que me mentía, que ya no había nada de mí en esa persona y que ahora sí, soy yo otra vez.
Y que si les cuesta entenderlo, está bien porque a mí no me fue fácil tampoco, pero acá estoy, dispuesta a arrancar, a re-comenzar, tomando aquello de la ficción que me sirvió para mi autodesarrollo, para mi encuentro con-Migo.
Porque me costó mares llegar.
Pero llegué,
y ése es el punto.

viernes, 4 de junio de 2010

"Le gustaba decir que aquel amor había sido el fruto de una equivocación clínica..."

El título se lo debo a García Márquez.

Presiento que me debía esto. No sé si sirva de algo, pero ya es hora de asentarlo en una hoja, aunque sea virtual. Tampoco sé si en esto tenga algo que ver el superyó... sospecho que sí, porque se empeña en estar presente en todo lo que me pasa. El hecho es que necesitaba descargarme y acá voy.

Hace un par de semanas lo volví a ver. Después de varios meses, nos cruzamos en el medio de una multitud tan enorme que era imposible encontrar a alguien aún si uno se esforzaba y lo planeaba meticulosamente.
Un rato antes de salir para allá, me enteré que él también iba (esto del facebook...) Y dentro de mí lo supe. Era obvio. Como no tenía así ni un poco de ganas de verlo, como cada vez que lo veo me produce esa sensación tan fea, y como su presencia me hace mal, me lo iba a encontrar. Era obvio.

Y a pesar de la obviedad, cuando de lejos lo vi, yendo para el lado contrario al que iba yo (para variar) por un minuto pensé que eso ya era mucho. Nos saludamos, conversó más con mi amiga que conmigo por supuesto, me hizo una especie de chiste y seguimos caminando cada cual para su lado.
Volví a casa y le conté a una amiga sobre la casualidad. Ella me dijo que ese tipo de cosas le encantaban, que le parecían "mágicas". Y yo no pude decirle otra cosa: "para mí, son putas casualidades. Son momentos indeseados."
Me preguntó por qué, si realmente era para tanto. Y me di cuenta de que ni yo tenía muy claro los motivos. Así que me puse a contarle algunas partes de la histeria, digo historia, que hubo entre él y yo. Y resultó ser que después me colgué sola. Me fui a dormir pensando en cómo realmente me había modificado una historia que no pasó.
Y pensé en una de esas frases que se hartaron de repetir durante el cursillo hace como 5 años: "todo comunica, aún cuando no haya deseos de hacerlo". Y la modifiqué en mi cabeza,la reformulé de una manera quizá no muy lógica, pero que para mí tuvo sentido. Todo lo que mueve nuestros sentimientos, nos marca, aún cuando esos sentimientos no fueron correspondidos en concreto. Aún cuando en realidad, no pasó nada.

Lo curioso es que las cuentas pendientes duelen de una manera jodidísima, son como una basurita en el ojo, no es que no te dejen ver ni seguir con tu vida, pero hasta que no te las sacás del todo, son imposibles de ignorar... y en el peor de los casos hasta te pueden lastimar en serio.
No digo que éste sea ese caso particular, no creo que él sea como una úlcera, pero la verdad que habiendo pasado tanto tiempo ya hasta me da bronca que las cosas no se hayan cerrado. Y pienso y repienso, y es hora de que lo diga. Porque este chico que no fue, sí fue por el contrario muchas otras cosas que es tiempo de nominar:
Fue el que me hizo sentir que no entendía nada. Fue el que sacudió mis pocas seguridades, porque son escasas las veces en que me doy cuenta de que alguien siente algo por mí, y podría hasta discutírselo a él mismo, sé que me quiso.
Y eso fue lo peor de todo: saber que me quiso y que no hizo nada.
Fueron muchas las situaciones límite, los momentos raros en que me daba cuenta que sí, que me quería, no había dudas. Y sin embargo, le faltaba el final final,nunca lo puso en palabras ni actuó en consecuencia.
Él fue el que me dejó pagando, y totalmente mal parada. Y no me digan que tendría que haber actuado yo porque no podía. Porque también estaba ella en el medio y yo no podía ignorar que era su ex y era mi amiga. Y ella, que hablaba de él como su propiedad aunque ya hubieran pasado años de esa historia de nenes que ni siquiera presencié, me frenaba. [ahí estás superyó, vos y tus códigos amistosos]

Fue él entonces también, el motivo que quebró una amistad porque nunca se lo pude contar. Nunca tuve el valor de decirle: che, vos sabés que estuve re contra enganchada con tu ex? Y aunque vos hayas pasado por otros amores, siempre hablabas de él y me daba cosa, qué sé yo, estaba esperando que se la juegue por mí y eso no pasó. Encima, ja! volvió a estar con vos... sí ya sé, borracho, vos también. Pero encima eso... no sólo que no se la jugó por mí, sino que en mi cara hizo todo lo contrario.
Y ahí fue cuando un alguien que "no fue nadie", me reventó el orgullo, los sentimientos, las pocas ganas que me quedaban de quererlo después de varios meses sin que se decidiera a dar un paso al frente.
Fue el que me cambió por otra en mi cara.

Es quizá, una de mis frustraciones más enormes. Y supongo que en ese estado va a permanecer por lo menos, por mucho tiempo. Porque siendo franca conmigo misma, yo sé (hoy, y hace mucho tiempo que me di cuenta) que no tenemos nada en común. Tengo clarísimo que no es mi tipo, que no me interesa estar con él en sí, que no es para mí ni yo para él.
Hoy no es más que una maldita cuenta pendiente. Una pesadilla recurrente. Y creo que la única manera de terminar eso que no empezó, sería con una charla sincera, en que por una vez en su vida se animara a decirme: mirá sí, me pasaba tal cosa con vos, pero por tales motivos no pasó nada entre los dos. Eso es todo, necesito una explicación.
Mientras tanto, mis inseguridades van a seguir ahí, tambaleándose.